domingo, 30 de enero de 2011

Los “pijoletrados”. Una especie en expansión

Vaya por delante mi profunda admiración hacia aquellos que luchan día a día por las mejoras de las condiciones de vida y por los derechos de la ciudadanía y bla, bla, bla.
También, antes de meterme en un charco de incalculables consecuencias, quiero alegar en mi defensa que lo que aquí voy a exponer es tan solo una parte de los hechos acontecidos durante mi experiencia laboral, desde el más profundo de los respetos, y con el más sincero cariño hacia todos y todas aquellas que aquí os podáis ver reflejados.
Por último, toda reclamación la podéis dirigir a la Srta. Anaïs, que ha sido la que me ha empujado a cometer el siguiente atropello. Metafóricamente hablando, se entiende.

Bien, empezamos.
Los “pijoletrados”, también conocidos como “abogapijos” son una especie humana en expansión que tiene su origen en las tierras del Gironés, más allá de donde delimitan las lindes de lo que antaño se conocía como Ciudad Condal. Es decir la capital del País. Desde su hábitat natural, las líneas ferroviarias, han ido desarrollando una incesante labor para mejorar, de manera sustancial, una parte de lo que se conoce como calidad de vida, y, más concretamente, mejorar los tiempos de desplazamiento entre sus moradas y sus grandes y enmoquetados despachos profesionales. Además, claro está, de incluir en estas mejoras un grado de confortabilidad acorde a sus ilustres posaderas. También, y como medida complementaria en beneficio de la situación económica del País, han conquistado la posibilidad de ayudar a la contención del gasto doméstico al utilizar los enchufes de corriente eléctrica que se incluyen junto a sus asientos. De esta manera, tan solo por recargar las batería de móviles, portátiles, ipads, iphones, mp3, mp4 y otros pueden rebajar las correspondientes facturas endésicas (de Endesa)
Pero, vayamos a la respuesta concreta de mi clienta favorita, @rainfallsdown.

¿Qué es y qué hace un “pijoletrado”?
Bien, lo primero que hace es decir que es “abogado”. Lo segundo decir que “conoce a alguien del Govern”, y lo tercero, el famoso y muy catalanoespañol “¡se va a enterar, usted!”
Pongamos por caso que un día cualquiera tenemos una incidencia en las circulaciones. Pongamos por caso que el tren sufre una avería, como cualquier otra máquina, no son perfectas e infalibles. Y pongamos por caso que el Maquinista empieza a dar viajes arriba y abajo intentado reparar la avería. Bien, justo cuando estás/estamos más liados intentando salir del paso, aparece el “pijoletrado”.
-          Oiga, ¿qué pasa? – dice el “pijoletrado”
-          Mire, tenemos una avería.
-          ¿Y cuanto va a durar? Es que tenemos mucha prisa.
-          Pues no lo sé. Estoy intentado repararla. – responde el Maquinista un poco atolondrado.
-          A mí eso no me sirve de nada. Usted me tiene que informar de lo que pasa.
-          Por favor, déjeme que haga mi trabajo. A ver si podemos salir pronto.
-          ¡Usted no sabe con quién está hablando!

¡Ya está! La frasecita mágica. Algunos de los “pijoletrados” utilizan esta frase a la que se le supone poderes mágicos. La otra es aquella de “conozco a fulanito y le voy a llamar”. Cuando me dicen alguna de estas frases, respiro hondo y pienso “menos mal, si llama a fulanito se va a reparar el tren. ¡Bieeeen!” Pero, no. No es así.
Un día tuve una avería en los “Bloques de Freno” de la 449 en Caldes. Todo por echar el freno de emergencia para evitar arrollar a un “borrico” que cruzaba por delante creyendo que yo, cual ojo supremo celestial, le había visto. Tras la bronca que le pegué, me dispuse a reparar el tren. Me costó algo más de lo que esperaba. Durante mis viajes de cabeza a cola, uno de los “pijoletrados” me afeó que no le diera información. Me lo dijo en dos ocasiones, sin que yo le hiciese caso, y a la tercera, una vez que ya había podido solventar la avería (tras 20 laaaaargos minutos), me senté junto a él y le expliqué punto por punto, paso por paso, en qué consistía la avería. Incluso la adorné con fantasiosas e inventadas cuestiones técnicas que, claro, se tragó una tras otra. Llegamos a Paseo con 5 minutos de retraso. La señorita que anuncia los retrasos fue actualizando estos mediante megafonía, y puede recuperar 15 minutos. Ya en Paseo me dirigí hacia el “pijoletrado” y le dije, con un pasmoso tono de voz chulesco, “¿lo ves?, si no me hubieras entretenido para explicarte lo que había pasado, hubiéramos llegado a la hora”. El medio sonrió, y le comenté que, a veces no es que no queramos dar la información, es que perdemos más tiempo informando que reparando la avería, que es nuestra prioridad. Por cierto, cuando la incidencia es “ajena” a nosotros… la información también nos llega tarde, y es otro de los motivos por los que no informamos.
Otro día, el tren que me precedía tuvo un arrollamiento a la altura de Riudellots. Tras informar por la megafonía que estábamos pendientes de la llegada de la “Autoridad Judicial”, algunos pensaron que era un tema de viajeros sin billete. La verdad es que no dije que había un arrollamiento ya que me parece una información que no es necesaria, sobre todo por respeto hacia las circunstancias específicas de estos accidentes. Tras un periodo prudencial, se me acercó a la cabina una Señora que me dijo con un tono amenazante que sobraba, “Yo soy Autoridad Judicial, ¿qué pasa?” Efectivamente era una jueza. Le expliqué lo ocurrido y cambió radicalmente de tono. Sobre todo cuando le dije que el tren accidentado llevaba 2 horas, sí, ¡2 horas! En plena vía esperando al juez o jueza. No dijo nada, se calló, me dio los buenos días y se confundió entre el pasaje.
Pero no todos los “pijoletrados” son iguales. Los hay muy cachondos y con los que puedes mantener una conversación centrada y educada.
Como es el caso de una señora jueza que sube en Flaçà. Seguro que no le importará lo que voy a decir, ya que ella misma me “prometió” que daría la cara por nosotros.
Esta señora se me acercó un día muy amablemente y me dijo:
-          “¿Te puedo hacer una pregunta?
-          Sí. Por supuesto – contesté yo muy a la defensiva.
-          A ver, Si el primer MD que sale de Figueres no lleva nada delante, la vía está bien, no llueve, y tarda 16 minutos en llegar a Flaçà, ¿por qué llega siempre con 3, 4 y hasta 5 minutos de retraso?
-          ¿Esto se va a mantener en secreto? – le pregunté.
-          Sí, es confidencial.
-          Bien. El primer tren sale a las 6’03, la cantina de la Estación abre a las 6’00h, y a nosotros, como a todo el mundo, nos gusta tomar un café antes de ponernos a trabajar, más aún cuando debes conducir un tren a 160 Km/h. Como abren a las 6’00, pues nos tomamos el café hirviendo y salimos enseguida que acabamos. Es solo por un simple café. Y además sabemos que esos minutillos luego se los recuperamos.
-          ¿Tan sólo es porque tomáis café?
-          Sí. Algo tan burdo como eso. No tenemos ningún otro lugar… hasta que llegamos a Barcelona.
-          Vale. Gracias. Ahora que lo sé se lo explicaré al resto de viajeros y ya tendremos un misterio resuelto. Además me parece justo.
Hoy esa circunstancia ya no se da. Una cosa es que el tren salga a la 6’03 y la cantina abra a las 6’00, que pierdes muy poco tiempo, y otra es en la actualidad que el tren ha adelantado su salida a las 5’56, por lo que no esperamos ninguno a poder tomar café… hasta que llegamos a Barcelona.

Resumiendo. Por el simple hecho de avisar (no voy a decir amenazar) con ser abogado, juez, diputado o conocer a “alguien” con poderío político, las cosas no van a funcionar mejor. Y a veces, es mejor dejar que el Maquinista haga su trabajo en lugar de entretenerlo con cuestiones, muchas veces, banales. Además… ¡¡¡es qué muchos van de sobrados y nos miran por encima del hombro!!!

Para acabar ya este tostón voy a deciros un secreto. ¡Ojalá salieran más “pijoletrados” y “abogapijos” en las líneas del Sur! Todos ganaríamos. Ellos comodidad, confort y frecuencia y yo seguridad, tranquilidad y algunos kilos de más. O sea, ¡¡¡qué encima os necesito!!! Que ganas tenía de decir esto…

sábado, 29 de enero de 2011

Mi propio servicio de “Atención al Cliente” (I)

Muchas son las anécdotas vividas desde “el otro lado” del andén, es decir desde la cabina. Están aquellos clientes que cuando llego a la estación me enseñan sus relojes (imagino que ese día estarían de oferta y todos llevaban relojes nuevos) hasta aquellos que me “miran” a los ojos, y me envían un emotivo saludo mostrando sus puños cerrados a excepción del dedo corazón que se alza erecto hacia el cielo. También están, son menos, los que de una manera amable y simpática me presentan sus respetos hacia mi santa madre, acordándose de ella incluso mucho más que yo. Aunque, la pobre ya está acostumbrada a que le silben los oídos.
Es el tributo que tiene que pagar por tener dos hijos Maquinistas. Ya lo decía mi padre: “¡haberte dedicado a la política, “atontao”!”
Pero las anécdotas son muchas y algunas bastante curiosas.
Una de las estaciones más habituada a estas situaciones es Paseo de Gracia. Como ya dije en mi artículo “Como acceder al tren” de este mismo blog, en los andenes están señalados los puntos donde debo estacionar el tren. Cuando estoy entrando en Paseo (los ferroviarios lo denominamos así, en “Paseo”), con un tren en simple composición, y veo a los clientes que están todos al final del andén, ya me temo lo peor. Efectivamente, yo paro donde debo, y veo esas caritas desencajadas que intentan adivinar porque el Maquinista les putea de esa manera. Claro, que ellos no saben, o no quieren saber, que si me acerco hasta el punto donde se encuentran, serán los que están en la parte de atrás los que me enviaran cordiales saludos. Quizás debería hacerlo así. Después de todo, a los de atrás no les veo las caras, pero tengo esa manía de hacer mi trabajo bien, o al menos como me piden que lo haga.
Como decía, me estaciono en el punto donde marca un “1”. Ellos se acercan de manera apresurada, me saludan, miran por los cristales de la cabina (“¡pero no ves que están tintados!”), y empieza la carrera por coger un asiento. Una vez, un “pijoletrado” (otra vez, los ferroviarios llamamos así a los clientes de la Plataforma de Girona, pero esto no se lo digáis a nadie) me estuvo golpeando en la ventana. Salí hacia afuera y le pregunté qué ocurría. Me dijo que tenía que parar más adelante. Quizás me debí callar, pero, le invité a bajar del tren, le enseñé los puntos de estacionamiento (el “1” y el “2”), y le dije que yo no me había metido en cómo debía hacer él su trabajo, por tanto, que él no se metiera en el mío. Hoy, mantenemos una buena relación personal, y hemos coincidido muchas veces en el tren. De vez en cuando nos reímos de aquella situación. “Pensé que salías a pegarme”, me dijo en una ocasión. Me dejó de piedra, ¿qué pensará que somos?, ¿animales?
Lo del “1” y el “2” es la hostia. Ahora en Sant Vicenç de Calders se ha elevado el andén, se ha señalado la marca donde deben estacionar los trenes, y, ¡hala! Los clientes están 30 metros más adelante y en la parte que no se ha recrecido. ¡Pero vamos a ver, hombre de Dios!, ¿no ves que el tren debe parar donde está señalado y que si se ha recrecido el andén es para que sea más fácil que subas o para que no te lances en paracaídas al bajar? Pues no hay manera. Llegas a SVC, paras en tu lugar señalado, y tienes que esperar que vengan todos desde la punta del andén. Y contentos no parece que vengan. En fin, ya los iremos educando. Lo mismo pasa en el Clot, Sants… estaciones estas que están todas señaladas, pero que sirve de poco.

Cosa aparte son las consultas. Yo he “discutido” con una viajera que me decía que el tren, mi tren, iba a un destino distinto al que realmente tenía. Estaba yo en el andén y un señor preguntó si el tren iba a Tarragona, la señora le dijo que sí y yo le dije: “No, señora, este tren va a Lleida, no a Tarragona”, y ella que sí, que lo había cogido otras veces y que el tren sí que pasaba por Tarragona antes de subir hacia Lleida. “Que no” – le decía yo – “Este tren va por Valls y no pasa por Tarragona”. Al final le dice, “súbase usted que le aseguro que este tren sí que pasa por Tarragona”. Ambos subieron, y yo me quedé en el andén hasta el último momento. A la hora de salir paso por delante de ellos, saco las llaves, abro la cabina, entro… y a los pocos segundos me pica a la puerta el señor. ¿Oiga, usted es el Maquinista?, Sí, le dije, pero, haga caso a la señora, que aparecerán los dos en Valls… o en Lleida. Al final, una sonrisa, la señora roja como un tomate y yo ¿sinceramente?, partiéndome el pecho de risa. Media hora después tenían “su” tren a Tarragona.
Otra. La más recurrente de las preguntas es la clásica: “¿Este tren para en todas?” Vamos a ver, pregunto yo, ¿es que se va a bajar en todas?, sí es así no llegamos ni mañana. Claro, la persona que pregunta se cree que les estás tomando el pelo (y no le falta razón), pero, ¿no es más fácil preguntar si el tren para en tal o cual estación? No, hay que preguntar si para en todas. Yo ya me lo tomo con humor. Intento que quien pregunta entienda que es mejor concretar más la pregunta, y por eso, a veces sonrío y le pregunto eso de si se va a bajar en todas. No todos reaccionan igual, algunos te sueltan eso de “¿estás de cachondeo o qué?”, pero al final, generalmente, acceden a preguntar lo que toca.
Debo reconocer también que soy un poco cabroncete. Pero lo hago sin maldad, por aquello de establecer un vínculo simpático con los clientes… aunque a veces pasan cosas que se me escapan.
Cierto día del verano pasado, una chica joven y su madre me preguntaron en Sants si el tren paraba en Torredembarra. Sí, les dije. “Si no se me olvida, pararé en Torre”. Aún estaba saliendo de Sant Vicenç, la parada anterior, que oigo que pican a la puerta. Era la chica que venía a “recordarme” que en “la próxima tenía que parar”. No sé si lo hizo para quedarse conmigo, pero, si fue así, os aseguro que lo consiguió. ¡La madre que la parió! Pare en Torre (de nuevo, lenguaje ferroviario), y al pasar por delante de la cabina les despedí, agradeciéndoles que me hubieran recordado la parada.
Para acabar esta primera parte de “Mi propio servicio de “Atención al Cliente”, voy a citar otra de las preguntas menos frecuentes pero que también pueden causar momentos, digamos, tensos. Es la famosa “¿pasa por Granollers?” Lo de “Granollers” es un ejemplo, vale para un sinfín de estaciones y apeaderos.
A ver, todos los trenes con destino Girona/Figueres/Portbou “pasan” por Granollers. Pero esto no significa que necesariamente “paren” en Granollers. Yo ya he tomado la decisión de no “engañar” a mis clientes. Cuando me preguntan si “pasa por Granollers”, les digo que sí. Y cuando ya se han subido, se han acomodado, han sacado el periódico gratuito (¡qué mal ha hecho la prensa gratuita para la cultura de los Maquinistas!, antes mis clientes me “compraban” y me “dejaban” en los asientos El País, La Vanguardia, El Sport… ahora ya no.), y se disponen a releer de nuevo el “20 minutos”, me acerco sigilosamente, me siento a su lado y le digo “Acuérdate que me has preguntado si paso por Granollers. Luego no quiero reclamaciones”. Claro, a cualquiera que le dices esto, se acojona. Te pregunta que le quieres decir, y entonces es cuando, con la sonrisa seductora de medio lado y con mi aire de suficiencia, suelto eso de “este tren pasa por Granollers, pero a 150 Km/h. Si tienes que bajar, que sepas que las ventanas no se pueden abrir” La mirada es de incredulidad al principio, pero después, la mayoría de las veces se torna en una simpática sonrisa. ¡Apa! A recoger los trastos, a doblar de nuevo el “20 minutos”… y a esperar uno que “pase” y “pare” en Granollers.

Fin de la Primera Parte.

Respuesta al Sr. Conseller Lluís Recoder

Honorable Conseller,

He tenido oportunidad de leer y escuchar todas sus declaraciones en los Medios de Comunicación durante esta semana. También he tenido la paciencia de esperar que los ánimos se relajasen para no contestar desde el estómago y hacerlo desde la razón. Ahora, una vez que las cosas vuelven a su sitio, me gustaría, siempre con el debido respeto y consideración, aclararle ciertas afirmaciones suyas que no se corresponden con la realidad. Por cierto, tampoco le puedo culpar a usted de su ignarancia en estos temas, acaba de llegar a la Consellería, pero quizás si que debería haber constrastado usted las informaciones de sus Asesores antes de estigmatizar a un colectivo de trabajadores haciendo que la opinión pública se sitúe entre estos y la Administración.
Bien, para empezar recojo el subtítulo de e-noticias respecto a sus declaraciones. El título "El chollo de ser Maquinista" se lo acepto. Dice en el subtítulo "Ganan 5.000 euros mensuales, trabajan tres horas al día y tienen 150 días de fiesta"
Vayamos por partes.

Punto 1. "Ganan 5.000 euros mensuales..."
Mi salario durante este mes de Enero es de 4.076,23€. Lejos de los 5.000, y añado que esta cantidad es "en bruto", con lo que, tras los descuentos oportunos (IRPF, SS, Formación...), lo que yo me llevo a mi casa son exactamente 3.029,67€. Considero una cantidad satisfactoria, y usted la puede encontrar acorde o no con mis responsabilidades. Pero lo que hace usted, Honorable Conseller, es faltar a la verdad.

Punto 2. "...trabajan tres horas al día..."
Mi jornada laboral es de 8 horas diarias. Además, debido a la excepcionalidad de mi trabajo, la jornada diaria puede alcanzar las 9'30 horas. Y le digo más, si usted lee el Real Decreto 1561/1995 sobre  Jornadas Especiales, verá que esta puede alcanzar las 12 horas.
De forma más concreta, en mi Gráfico Actual, la media es de 7'09 horas. Pero usted, de manera deliberada o no, confunde a la opinión pública hablando de "jornada", cuando debería hablar de "jornada de conducción". La jornada laboral empieza desde el inicio de la misma hasta la finalización, y en este tiempo se incluye la puesta en marcha de los vehículos, la preparación y revisión de los mismos, la puesta a disposición de Circulación, la parada al finalizar el servicio, los tiempos entre un tren y otro y las famosas "pausas de Conducción" recogidas en la Ley 39/2003 y su Reglamento Real Decreto 2387/2994). Para que usted (y los lectores) lo entiendan mejor, le voy a poner un caso concreto.
Presentación y viajero a Bellvitge para la toma del vehículo: 9:22h
Toma del Vehículo y Revisión: de 9:28h a 10:07h
Salida de Bellvitge: 10:07h y Llegada a Portbou: 12:30h
Toma y maniobras de otro vehículo: de 12:30h a 14:29h
Salida de Portbou: 14:29h y Llegada a Sants 17:09h.
Deje y revisión del vehículo: de 17:09h a 17:24h.
Jornada Total: 8'02 horas (de 9: 22h a 17:24h). Jornada de Conducción: 4'53 horas.
Como puede usted comprobar, y es tan solo un ejemplo de una jornada normal, si bien es cierto que mi "tiempo" de conducción no alcanza las 5 horas, el "tiempo" en el que estoy desmpeñando mis funciones supera las 8.
De nuevo, como en el punto anterior, Sr. Recoder usted ha faltado a la verdad.

Punto 3. "... y tienen 150 días de fiesta."
Hagamos números Sr. Conseller. Año 2011. Calendario estandar laboral: 107 sábados y domingos, 14 festivos y 30 días de vacaciones. Restamos los 8 sábados y domingos del mes de vacaciones, y nos da un total de 143 días de fiesta que disfruta cualquier trabajador.
En mi caso, tengo 150 días. La Empresa me puede quitar 4 descanso al año para temas de producción, formación, etc. Por tanto, de los 150 días, en realidad tengo 146.
Bien. Un trabajador estandar: 143 días de descanso al año. Yo: 146. La diferencia real son sólo tres días, Sr. Recoder. Creo que no es para alzar las manos al aire o llevárselas a la cabeza. Más aún, cuando yo, al contrario de la inmensa mayoría de trabajadores, no tengo los 14 festivos anuales, sino que los tengo repartidos durante todo el año. Es decir, para mí es exactamente lo mismo trabajar el 16 de enero que el 24 de diciembre, el 31 de diciembre, el 1 de enero o el Día de Reyes. No hay ni una sola diferencia. Ni tan siquirea recibo compensación alguna, ni de días ni económica, por trabajar estos días a los que la mayoría de trabajadores tienen derecho. Y yo, como cualquier otro, también me gusta pasar los días señalados con la familia, y no conduciendo un tren el día 31 de diciembre hasta las 23:49, o durmiendo en Portbou o en Figueres. ¿Compensa los tres días más al año esta circunstancia?, le doy mi palabra que no. En absoluto.
Todos los Maquinistas cambiaríamos estar en casa los 14 festivos a cambio de tener 3 descansos menos al año. Pero, entonces ¿que hacemos?, ¿paramos el tráfico ferroviario?.
En esta ocasión usted no ha faltado a la verdad, pero de sus declaraciones solo puedo extraer una demagógica actitud para provocar un enfrentamiento totalmente injusto.
Por cierto. ¿Cuántos días trabaja usted al año?. No los cuente, le aseguro que menos que yo.

Bien, estoy convencido que este artículo no llegará a sus manos, aunque le voy a enviar el enlace a través del twitter. Tan solo pretendo que conozca usted la realidad de las circunstancias que rodean a todos y cada uno de los ciudadanos a los que usted dignamente representa, y, sobre todo, que antes de intentar provocar un enfrentamiento entre trabajadores y clientes, que se asegure usted de que es cierto lo que dice. De lo contrario, sus palabras se volverán contra usted, y, como en este caso, no habrá sabido estar a la altura del cargo que desempeña, y menos aún, del gobierno de mi país.

Atentamente.

Luis Miguel García
Maquinista Jefe de Tren.
Media Distancia - Renfe Operadora


Fuentes: Ley 39/2003, RD 2387/2004, RD 1561/1995, Acuerdo de Desarrollo Profesional (Marzo 2010)

viernes, 28 de enero de 2011

Renfe es un desastre. En cuatro puntos.


Hasta en Singapur tienen mejor reputación que Renfe. De esta frase, totalmente cierta, tan solo quitaría una palabra. El “hasta”. Y tampoco es, como pudiera derivarse, una comparación despectiva.
Punto Uno. El 'Global Reputation Pulse 2010' que analiza el impacto de la reputación entre las mayores empresas del mundo, en base a criterios como el nivel de conocimiento, menciones y facturación, coloca a Renfe Operadora en el puesto 13 dentro del sector del Transporte. El informe mencionado otorga a Renfe Operadora 71’46 puntos, muy por encima de la media global que es de 65’24. Esta clasificación está encabezada por Singapore Airlines, de ahí la entradilla de este comentario, y por debajo de Renfe Operadora nos encontramos a empresas ferroviarias tan importantes y reconocidas como la SNCF francesa (puesto nº 32) o la DB alemana, en el puesto nº 42. Es decir, en los resultados finales del informe de carácter global, Renfe Operadora supera a los ferrocarriles franceses y alemanes, además del resto de ferrocarriles europeos.
Este mismo informe realiza también un estudio de referencia respecto a las 100 empresas de cada país más valoradas por el público. En este caso, Renfe se sitúa en el puesto 47, siendo la primera empresa del Sector Transporte y Comunicaciones superando a otras como Metro de Madrid, Correos, Grupo Logística, Iberia o Spanair. Esta clasificación la encabeza Danone, y por detrás de Renfe se sitúan empresa como Microsoft, Cepsa, Gas Natural, Adif, Banco Santander o La Caixa.
Por último, y como referencia, en el estudio realizado se han analizado empresas de categoría tal como Lufthansa, FedEx, Air France, Boeing, Airbus, Ryanair o Japan Airlines. La conclusión final de este primer punto tras analizar los datos reflejados es que Renfe Operadora es la primera empresa Europea  de ferrocarril, superando en mucho a sus posibles competidoras.

Punto Dos. La empresa de demoscopia TNS Sofres (Francia) realizó un sondeo de opinión en el mes de septiembre del año pasado, entrevistando a los usuarios y viajeros de los Ferrocarriles de España, Italia, Alemania y Francia.
Según la encuesta, Renfe es el operador público mejor valorado de los cuatro países. El 81% de los españoles tienen una buena imagen de Renfe y el 66% se sienten orgullosos del operador. En Francia, el 66% de los franceses tienen una buena imagen de Sncf, el 59% están orgullosos y el 53% se sienten identificados de su operador nacional. Además, el 94% valoran muy positivamente sus trenes de alta velocidad y, por contra, el 34% tienen una mala imagen de SNCF.
Por otra parte, el 48% de los italianos tiene muy buen imagen de TRENITALIAy el 35% se sienten muy orgullosos de ella. Por áreas, los trenes de alta velocidad son apreciados por el 75% y los de cercanías, por el 36%. 
Por último, el 41% de los alemanes poseen una buena imagen, el 35% están orgullosos y el 24% se identifican con DB, teniendo el 70% una buena imagen de sus trenes de alta velocidad ICE. Por el contrario, una mala imagen de su operador público es percibida por el 59% de los germanos.
Viendo estos datos, recuerdo que es un sondeo entre los propios clientes de los servicios ferroviarios, y sumándolos a los del punto anterior, que soportan más contenido económico, financiero y social, la conclusión final de este artículo es que, a día de hoy, la primera empresa de Servicio Público Ferroviario es Renfe Operadora.

Punto Tres. No voy a negar la evidencia de que en muchas ocasiones la percepción que el cliente recibe es que el servicio prestado no está a la altura del que le corresponde. No soy tan ingenuo.
Pero, hay otras tantas ocasiones en las que se hace una crítica tan feroz a Renfe, como ha sido el caso reciente, que me veo en la obligación de recordar a todos estos políticos y politiquillos que no por amenazar con rescindir el contrato con una Compañía Operadora van a conseguir un mejor servicio. Y, ¡ojo!, están en su pleno derecho de hacerlo, pero el ciudadano también tiene el derecho de conocer la verdad con todos sus argumentos.
Que Renfe puede y debe prestar más servicios, de acuerdo. Que hay que mejorar sustancialmente los vehículos (trenes) también. Que los trabajadores, sobre todo los Maquinistas que estamos al final de la cadena productiva, debemos implicarnos más en la producción, la atención al cliente y la continua mejora del servicio, no cabe duda, y que, entre todos debemos conseguir que una Empresa con la valoración estatal y mundial como la aquí reflejada, presente los índices de calidad, confortabilidad y puntualidad, bajo la denominación de servicio público que és, no tan solo es una prioridad, sino que es un derecho de todos y cada uno de los ciuadanos.
Luego, si estos índices no son los que los contratantes (gobiernos) esperan de esa Empresa, pueden, y diría que casi deben prescindir de ella. Pero, como dice el dicho, a veces salimos de Guatemala para meternos en Guatepeor.

Punto Cuatro. Sí, como estáis pensando, mi imparcialidad puede rozar el ridículo ("no muerdas la mano que te da de comer"), pero tengo muy claro dos cosas: Trabajo en la primera empresa de Transporte Ferroviario de Europa, y segundo, me debo a mis clientes que son los que en definitiva "pagan y mandan".
A partir de aquí, se aceptan propuestas, ideas, protestas... y toda clase de comentarios.

Un saludo

Fuentes: Renfe Operadora, TNS Sofres y Reputation Institute

martes, 25 de enero de 2011

Aumento de tiempos en la línea Mora-Reus-Tarragona

He leído varias consultas respecto a este tema. Voy a intentar explicarlo.
Desde hace un año, más o menos, todos los trenes que circulan por esa línea entran y salen por las vías desviadas de las estaciones. Esto se hace para estacionar en los andenes principales, evitando que los clientes deban cruzar las vías, y también por las obras de recrecido de los andenes. Esta circunstancia supone que, al tener que entrar a 30km/h y salir también a esa velocidad, los trenes perdían entre 2 y 3 minutos por parada, lo cuál suponía siempre unos retrasos en los mismos.
En el cambio de horarios de diciembre, para evitar estos retrasos se adaptaron los nuevos horarios a esta circunstancia. Y de ahí que, desde entonces, el tiempo del trayecto se haya visto incrementado.
Este es uno de los problemas de las líneas con vía única, y, como podréis observar, en casi la totalidad de líneas con vía única la forma de circular es la misma.