viernes, 25 de marzo de 2011

Hoy he tenido una revelación


En serio, hoy me he dado cuenta de que mis padres se adelantaron al tenerme unos 25 o 30 años. Me explico, si puedo.
Cuando yo tenía eso, unos 16 o 17 años vivimos una buena época, los 80. Era aquella de la “movida madrileña”, el “tecno pop”, los italianos pesados en las playas, los cursis de Mecano y Miguel Bosé, las tetas de la Sabrina y la Samantha Fox, y también asistimos a las postrimerías de aquello que unos años antes se dio por llamar el “amor libre”, la caída de los prejuicios, las libertades sexuales, la capacidad del hombre y la mujer de decidir qué, cuándo y cómo hacer lo que el cuerpo les pedía… y ¡una mierda! Con perdón. O eso, o yo era el tonto del barrio.
En aquella época, las discotecas abrían por la tarde. Llegábamos a las cinco del sábado, nos tomábamos verdaderas bombas como Vodka con Cointreau (así te emborrachabas antes y por menos dinero), y salíamos a casa a las 5 del sábado abrazado al mismo amigo de siempre. O sea, que ni amor libre, ni libertad sexual, ni leches. ¿Estamos? Pues eso.
Para poder tener derecho a roce, tenías que establecer una serie de normas. Primero y la más importante, aceptar todo lo que dijera la susodicha en cuestión. Y segunda, aceptar el calendario zaragozano como medida de tiempo para tocar teta. Ya ni te cuento si querías ahondar en algo un poco más profundo. Para esto, había el paso previo de acompañarla a casa justo en el momento que el padre/madre bajaba a tirar la basura. Las jodías tenían un reloj cerebral para eso.
Las normas no eran para todos igual. De haberlo sido, nos hubiéramos ahorrado muchos problemas, porque, nosotros también nos contábamos nuestras cosas, y teníamos nuestras escalas. Y no de valores, precisamente. Cada chavala (espero que este término no resulte despectivo, pero he retrocedido casi 30 años y entonces no existía la chorrada esa del lenguaje sexista, y las chavalas eran chavalas y los tíos, tíos) como digo, cada chavala tenía su estilo, pero todas tenían un mismo patrón: mínimo tres citas… y a la tercera ya veríamos.
Un amigo mío, y acabo ya con mi prehistórico pasado, tenía una teoría al respecto de las relaciones personales establecidas con el único fin de llegar al sexo. Decía éste que si sumaba los gastos de la gasolina de nuestras preciosas Vespas 75, la entrada al Chufo, el Makarium, el Studio 54, o el Metamorfosis (alias “el Meta”), las cervecitas en el Pippermint con la chavala, y lo multiplicaba por tres (los tres días estándar), le salía más barato ir a alguno de los puticlús de Mariano Cubí. Se aseguraba la cerveza, el sexo, y no tener que decir te quiero y esas cosas. Razón no le faltaba. Por cierto, ¿qué habrá sido de él? A este no lo tengo controlado.
Sigo.
La intención de este post no era explicar mi pasado juvenil, aunque tendría para rellenar páginas y páginas, porque, menudo sinvergüenza he llegado a ser, la intención era y es explicar cómo han cambiado algunas cosas. Y todo esto viene porque, alguna clienta (supongo, si no es mucho suponer) ayer me dejó en el tren una revista que se llama Nuevo Vale. Es una revista de esas de jovencitas, dirigidas a jovencitas y seguramente escrita por unos pervertidos enfermos con más imaginación que Tolkien y Pedro J. juntos. Veamos que dice esta biblia juvenil.

Empezar la revista leyendo las preguntas que hacen a los famosos ya es significativo de lo que puedes encontrar. Por ejemplo:
- ¿Cuál es tu record de polvos en una noche?
- Más de 10
Esta es de un tal Rafa Mora, que, sinceramente, no tengo ni idea de quién es.
Otra:
- ¿Te quedan muchas cosas por probar en el sexo?
- Diría que sólo me queda probar los hombres.
Esta última es de un tal Álvaro Benito

Cómo se puede observar, el nivel intelectual va subiendo de manera notoria.
Más adelante entramos en los sabios consejos para que una mujer se sienta “guapa, femenina y sexy”. Esto en principio está bien. Los hombres agradecemos que una mujer siga estos consejos, pero, ¡cojones!, que nos los expliquen a nosotros también, sobre todo, para no reírnos en un momento tan delicado. A ver, esto es lo que la revista llama “Su GPS”
- “Si quieres recibir unas caricias que te pongan la piel de gallina, píntate unas flechas por tu cuerpo con pintura…”
Vamos a ver, si yo tengo la suerte, poco probable, de ligar una noche y a la hora de meterme en la cama me aparece una tía con el cuerpo pintado de flechitas… lo menos es salir huyendo. Seamos serios. A nosotros, la mayoría de los hombres, no nos hace falta que nos indiquéis dónde debemos ir, lo sabemos desde pequeñitos. Además, en una de esas noches locas, lo primero es ir a la tajo, y os aseguro que no hace falta indicaciones. Tenemos un sentido especial para eso.
Otro de los consejos es “ponte un tatuaje en forma de corazón en tu bajo vientre, o si quieres algo más romántico, tatúate su nombre.” Romántico debe ser, supongo, pero, si te encuentras con un “bajo vientre” con cinco o seis nombre tachados (estadísticamente es poco probable que una mujer ligue con cinco o seis tíos que se llamen igual) debe de ser la leche. A no ser que te tatúes cosas como “cachorrito”, “vida mía”, “machote”, “chiquitín” o cosas por el estilo.
Mira, mejor no pongáis nombres, que luego vienen los problemas.
Ahora, tíos, pongámonos en situación. Sales, ligas, vas a tu apartamento, y empieza una noche de pasión y lujuria. En un momento determinado, tu chica se tumba sobre la cama, la desnudas poco a poco, susurrándole palabras al oído (cuidado con los “te quiero” y esas cosas, que la acabas de conocer), y cuando te fijas, ves que la chavala tienen cinco o seis nombre tachados en su bajo vientre, y el cuerpo lleno de flechitas indicadoras… ¿vale? Ahora, contestar, ¿qué es lo primero que haríais? Sí, lo mismo que yo… ¡¡¡una foto pal feísbu!!!
Ya veis. Somos así.

Sigamos avanzando páginas. Llegamos al súmmum de la comunicación. Los sms que las mujeres debéis enviarnos para “erotizarnos”. Veamos una muestra.
- “EN STA NOXE TAN FRIA, NCESITO TU STUFA. ES IDEAL XQ NO VA CN PILAS NI CABLES, XO IGUALMEN SE ENXUFA. T VIENS? ;)”
¡Pues no! ¿Por quién me has tomado? ¿Por un simple objeto sexual? Vamos a ver, ¿a cuántas chicas se les ocurriría enviar un sms así? Ahora, las más liberales diréis que sí, que si hay confianza, que si tal y que si cual… pero, si el sms lo envío yo, lo primero que me contestaríais es “MIRA GUARRO, SI TIENES FRIO, SE LA ENXUFAS A T PUÑETERA MADRE”. ¿O no? Pues eso.

Ahora, sigo con los ejemplos de sms. Recordar que todos son de la mujer al hombre, que luego no quiero líos con el Observatorio Contra el Maltrato de la Mujer.
Este es divertido: “1 sapo es 1 sapo, 1 rana es 1 rana, no pretendas saber lo ke será de ti si te cojo… ¡sin el pijama!”. Curiosa forma de potenciar la creatividad poética… porque la creatividad sensual, deja mucho que desear. Personalmente, no me pone nada que me mezcle el pijama con ranas y sapos, pero, supongo que algún desviado (el redactor por ejemplo) tendrá más experiencia que yo. Vamos con uno más.
“Si la noxe fuera tan larga como el día, yo a polvos contigo moriría”. ¡Vamos a ver, alma de cántaro! ¿A ti no te han enseñado eso de los cambios de hora?. El año, tiene muchas noches más largas que los días… así que, vamos por faena y déjate de decir tonterías. Y en todo caso, te mueres tu sola, ¿no?
Este ya es preocupante: “Soy 1 alienígena q ha tomado la forma de tu móvil. Te informo q los botons son mis pechos… veo que te gusta darme placer!” Mira, guapa, lo de que te conviertas en móvil, ya me da igual, pero que encima digas que eres una marciana… hay que tener valor. Esta es una de las causas por las que los fabricantes han decidido eliminar los botones de los móviles… ¡no sabes a quien te puedes encontrar!
Otro guapo, guapo: “¿Xq se le llama sexo oral a aquel en el que menos puedes hablar? M gustaría comprobar si realmente no se pude decir ni mu… m exas 1cable?” A ver, ¿te hecho un cable a qué? ¿A probar si puedes hablar? Mira, hija, el sexo oral tiene una finalidad. Precisamente esa, que no puedas hablar. Bastante tenemos con escucharte todo el santo día, que también necesitamos que estés un ratito calladita. ¿Y que mejor ocasión que esa? No, si lo que quieres es hablar, no cuentes conmigo. Además, tampoco te entendería y estaríamos como siempre “Es que tu no me escuchas, es que tu no me entiendes…”
Voy con los dos últimos. “Se le informa que su saldo sexual sta con un déficit de 150 polvos. Sugerimos q lo recargue antes de 10 días o su actividad sexual será desactivada. Kdamos?” Es decir, 150 polvos, en 10 días, según mis cálculos, salen a 15 polvos por día… ¡joder! Ni el Rafa Mora ese de antes!!! Este por decir que su record es de 10 en una noche poco menos que le hemos llamado de todo, y ¿ahora me pides 15 al día? Vamos, ¡coge la tarjeta y vete al Cortinglés, guapa!
Y él último, el mejor, el más grande… el insuperable. Veamos: “1pene educado es aquel que se levanta para que la mujer se siente. Apréndelo para cuando te vea”
Este hay que destriparlo por partes.
Primero, los penes no se educan. Estos van por libre. Ya puedes ir pensando y diciendo en voz baja “no te levantes, no te levantes” que cuando menos te lo esperas, sobre todo en una playa nudista, allí que va él emergiendo sin permiso para vergüenza propia y de ajenos.
Segundo. Llegas tú del trabajo, estresada y cansada, con las bolsas del Mercadona en la mano, pensando en lo que te queda por hacer… y aparezco yo con mi pene educado en mitad del comedor esperando que “te sientes”. ¿Qué es lo primero que harías? Sí, mirar si estoy grabando algo, si hay una cámara oculta, dejarías las bolsas en el suelo y mirándome tiernamente a los ojos me dirías. “¿Qué? ¿Otra vez con las gilipolleces de las pelis guarras?, Venga, tápate que cogerás frío y te van a ver los vecinos. ¡Enfermo, más que enfermo!”

Esto es, resumido (y me ha costado un buen número de letras) lo que he leído en el Nuevo Vale. Una revista para jóvenes que, en mi caso, ha salido 30 años tarde. Ya me hubiera gustado a mí tener estas cosas en mi juventud, pero, ni tan siquiera teníamos móviles, así que los sms los enviaríamos a través de esos papeles doblados que luego lanzábamos con las gomas de pollo a modo de proyectil.
Me he divertido leyendo, de verdad, pero, me queda una sensación algo extraña al pensar en esos pobres jóvenes (ellos) cuando reciban sms de este tipo por parte de las jóvenas (que diría la ex ministra Aido) Acojonados debería estar.

Espero que os haya gustado.  

domingo, 6 de marzo de 2011

Rails and Twitts (con música de “Twist and Shout” de The Beatles)

Uno de los acontecimientos de esta semana ha sido la primera (para mí) convocatoria del Rails and Twitts (#railsandtwitts) con los amigos de la R11  de Media Distancia (línea Barcelona-Girona). El #railsandtwitts consiste básicamente en encontrarnos un grupo de usuarios de twitter que utilizamos este medio de comunicación para aportar tanto información interesante como banalidades totalmente prescindibles. Pero también para poder dar ese paso evolutivo de "personaje virtual" a "personaje vital", desvirtualizarnos que se dice, y conocernos cara a cara con el riesgo que esto conlleva. Os relato mis sensaciones sobre la experiencia.
Lo primero que llama la atención es ver que aquellas cabezas, algunas parapetadas tras enormes mangas de jersey o tras alguna cámara fotográfica, tienen pies. Sí, sí, tienen pies, cuerpo, extremidades, tienen de todo. Uno se acostumbra a “comunicarse” con una imagen pequeñita, y de pronto descubres que más abajo hay piernas y cosas de esas. Es interesante, de verdad. Hay ocasiones en las que pensaba que me estaba comunicando con una máquina de esas que escriben solas… pero, no. En este caso, eran personas normales y corrientes.
Ahora que me leo, quizás de “corrientes” tenían poco. Me explico.
Tras el  descubrimiento de sus cuerpos y extremidades inferiores, llega la segunda sorpresa: mis compañer@s no hablan normal. Al principio, y como me había pegado un madrugón de la leche, pensaba que mi cerebro estaba en modo stand by y no conseguía procesar la información que recibía, pero, poco a poco, mis compañeros de viaje me iban sacando de dudas.
La verdad es que estar a las siete y pico de la mañana, con unos tuppers de torrijas y escuchando cosas como “spotify”, “community manager”, “GReader”, “foursquare” y cosas parecidas, me hacía sentir un ignorante en el más extenso significado de la palabra. Por un momento pensé que aquellas conversaciones debían de tener algún tipo de traducción simultánea, o al menos, subtítulos en castellano/catalán, pero no, o te espabilabas o no te enterabas de nada. Más bien lo segundo.
Mi espíritu de supervivencia empezó a actuar. “Se van a enterar estos” pensé. Y ¡zas! Aquí que me lanzo y saco mi manual de la 449. “Ahora, qué?” pensaba para mis adentros. “Ahora os vais a enterar!” Empecé a explicar cosas sin sentido del vehículo estrella de la R11, que si el “wheelsleep”, que si el “TCU”, que si el “BUS” del “COSMOS”… total, ni yo mismo me enteraba de lo que decía, y menos a esas horas, como para enterarse ellos.
Así proseguimos nuestro excitante viaje, iniciando ya conversaciones más cercanas al mundo terrenal, al lenguaje de las personas normales que se levantan por la mañana, toman café y leen el diario. Lenguaje humano, sin cifrar. Más o menos.
En un pis pas, pasamos de iphones, blackberrys y androids a hablar de Pocoyó, la Consellera Rigau, la rebaja del 5%, las torrijas (que buenas estaban!) y… cómo no!, los retrasos habituales de la Renfe. Exceptuando el tema “Pocoyó”, me sentí inmerso en un cúmulo de conversaciones de las que podía participar, y agradecí aquella sensación de saber que aún, a mi edad, podía establecer un vínculo comunicativo con personas que pertenecían a la Sociedad 2.0, 3.0, o 6.0
Mi satisfacción ya rozaba el pleno.
Sólo faltaba hablar del “Marrón Topo” Y así fue. Algunos se preguntarán que es el “Marrón Topo”, bien, no tengo ni idea. Creo que es un color de esmalte de uñas o una marca. Lo que sí que sé es que una de mis twuitertulianas un día preguntó de qué color se pintaba las uñas, y tras un intenso debate y la posterior votación, ganó el “Marrón Topo”.
Cómo veis, habíamos pasado de “… el Community Manager usa el foursquare para interseccionar su posición antes de followear al cliente…” a “… de qué color me pinto las uñas?”

Bromas aparte, la experiencia fue fantástica, y seguro que se merece una secuela 2.0. Tan solo espero que sea o bien más tarde (los madrugones no son buenos para la salud), o bien en horario vespertino (la cerveza está más buena por la tarde) o bien en un tiempo más caluroso (hacía un frío de narices). En cualquier caso, prometo asistir a la siguiente convocatoria de #railsandtwitts… y aprender un poquito más. Que buena falta me hace.

Gracias a @rainfallsdown, @annapistu, @ultrasónica, @jordiperales, @epineda, @campusmagnus y @FGrau … o , en esta ocasión, debería decir: Gracias a Anaïs, Anna, otra Anna, Jordi, Enric, Albert y Francesc.

Un saludazo (con pito incluido) ferroviario!