viernes, 9 de septiembre de 2011

Al César lo que es del César...

... y a Adif lo que es de Adif.


Esta mañana me ha tocado hacer el primer tren de Barcelona a Reus. Cuando me han asignado el vehículo, 470095, todo estaba en orden. Cómo es norma, lo he revisado antes de darlo dispuesta a Circulación. Pero, justo en el momento de salir, 7:17h, se ha producido una avería en el sistema de frenado. Tras probar hasta en tres ocasiones, la avería persistía por lo qué he avisado a mi Centro de Gestión y hemos decidido cambiar el vehículo para no demorar la salida.
Así lo hemos hecho y  diez minutos después ya estaba dispuesto para salir. Esta vez con el 448013. He avisado a Circulación, y a las 7:30 hemos salido de la Estació de França. 13 minutos de retraso qué son imputables a una avería del vehículo, por tanto, responsabilidad de la Operadora.
Durante este espacio de tiempo, ha salido delante de mí el Rodalíes con destino Sant Vicenç, y en la Bif. Aragó, ha pasado también el Rodalíes destino Aeroport. A consecuencia de esta circunstancia y a pesar de haber recuperado parte del retraso, he salido de Barcelona Sants, con 14 minutos, uno más que de origen.
Evidentemente, los clientes mostraban cierto enojo, pero no le he dado mucha importancia. Conozco la línea, conozco el vehículo y sé que se puede recuperar, en condiciones normales, el retraso que llevaba acumulado.
Al paso por El Prat de Llobregat, el Rodalíes del Aeroport ha entrado por la vía 3, dejando libre la vía 1, general, para el paso del mío. A la salida de El Prat le he adelantado. Ya había recuperado 4 minutos.
El paso por las estaciones se iba haciendo con normalidad. El retraso iba disminuyendo y según mis cálculos, podía llegar a S. Vicenç a la hora.
El paso por Sitges se produce con 4 minutos de demora. Ya habíamos recuperado 10.
Yo esperaba que en Vilanova, dónde, tanto el Rodalíes como yo tenemos parada, podía adelantarle y ponerme prácticamente a la hora. Pero no ha sido así. El Rodalíes ha salido delante y me ha vuelto a retrasar. En este momento ya circulábamos con 15 minutos de demora. Es decir, entre Sitges y Vilanova (6kms) había perdido 11 minutos.
Hasta S. Vicenç he circulado a la distancia de seguridad del Rodalíes. Recordemos qué éste para en todas y yo llevaba un tren directo.
Llegamos a S. Vicenç justo detrás de él y salimos de allí con 19 minutos de demora. El retraso ya era importante y la indignación de los clientes iba en aumento. Cómo la mía.
Ya no llevaba nada delante. De Tarragona hemos salido con 15 minutos y hemos llegado a destino con 10.
Hasta aquí la cronología del viaje. Pero, ¿se podía haber hecho más? Bien, ahora entro en el terreno de lo qué es opinión, y cómo todas, pueden ser acertadas o no, aunque, creo que de poco me puedo equivocar.
La circulación de los trenes es responsabilidad exclusiva de Adif. Es, digamos, la dueña de las vías y es quien gestiona y regula las distintas circulaciones de trenes. En el caso que nos ocupa, si Adif hubiera apartado el Rodalíes en Garraf, Sitges e incluso en Vilanova, el Catalunya Exprés hubiera llegado a la hora. Esto es un dato incuestionable a razón de la marcha y velocidad del S-448, muy superior a la de las S-451.
Ciertamente, el responsable de Adif tampoco está “pendiente” de mi tren. Lo está de todo un número importante de circulaciones en un determinado tramo del trayecto y esta circunstancia podría disculparle si no fuera porque en esos momentos solo había una circulación con retraso y  puede observar la marcha que ésta va realizando. Tan solo observando que antes de Garraf ya íbamos a la distancia de seguridad, podía haber tomado otra decisión y seguramente ambos trenes hubieran llegado a sus destinos en el horario previsto.
No es aceptable perder 11 minutos en un trayecto de 6 kilómetros, como tampoco lo debería ser dar prioridad a determinados servicios en perjuicio de otros.
Y es aquí donde todos, Circulación y Operadoras, deberían coordinarse con más juicio, con más acierto. No es admisible que, a la vista del cliente, tan solo haya un responsable, cuando en ocasiones, en muchas, la responsabilidad es totalmente ajena a la Operadora.
No recuerdo haber leído ningún artículo en ningún medio que se eximiera de culpa a Renfe, menos aún que alguien levantara el dedo asumiendo su parte de responsabilidad y esto es lo que me ha llevado a redactar este post.
No pretendo criticar la labor de los reguladores de Adif, ni tan siquiera a la propia empresa. Seguramente no me corresponde a mí hacer esto, pero sí que reclamo qué todas las partes asuman su responsabilidad cuando les toque y qué no siempre se disparen los dardos en un único sentido. El estar leyendo y escuchando día tras día lo mala qué es la Renfe, el pésimo servicio que da, o los continuos retrasos en las líneas, también mina la confianza de los propios trabajadores. Sobre todo los de Conducción, quienes, la gran mayoría, y como he dicho otras veces, tan solo queremos empezar y acabar nuestra jornada dentro de los horarios previstos y sin ninguna incidencia a remarcar. Muchas veces, en los corrillos entre Maquinistas se oye aquello de “para qué voy a correr si luego me van a parar aquí o allá”, y esto no es bueno, ni para el trabajador, ni para Renfe, ni por supuesto para los clientes.
Hoy he llegado tarde. Solo 10 minutos. La incidencia del vehículo es culpa de la Operadora, no me cabe duda, pero, insisto, si Adif hubiera gestionado la regulación de otra manera, la incidencia hubiera repercutido mínimamente en la circulación del tren. Tan solo han sido 10 minutos, no me van a sacar en los periódicos, pero, si lo hicieran, ¿cuál sería el titular? “Renfe vuelve a los retraso”, “Otro tren de Renfe llega tarde”, y así un largo etcétera. Pero, ¿la culpa ha sido exclusivamente de Renfe? No.
Para acabar y como complemento de lo anterior, en Reus, de regreso, hemos tenido un problema durante el acoplamiento de los dos vehículos 448. Hemos salido con 15 minutos de demora, por Tarragona hemos pasado con 14, por S. Vicenç con 13 y hemos llegado a Sants 5 minutos antes de la hora prevista. Este es un ejemplo de buena coordinación y de buena gestión entre ambas empresas.
Pero, cómo se suele decir, hoy ha sido una de cal y otra de arena.

Espero que estas “cosillas” se vayan puliendo con el tiempo. Estoy convencido de ello, pero, mientras tanto, tan solo nos queda pedir disculpas cuando toca y, como trabajador, pediros confianza.
Lo que hacemos mal, queremos hacerlo bien, y lo que hacemos bien, queremos hacerlo mejor.