Esta mañana me ha tocado hacer
el primer tren de Barcelona a Reus. Cuando me han asignado el vehículo, 470095,
todo estaba en orden. Cómo es norma, lo he revisado antes de darlo dispuesta a
Circulación. Pero, justo en el momento de salir, 7:17h, se ha producido una
avería en el sistema de frenado. Tras probar hasta en tres ocasiones, la avería
persistía por lo qué he avisado a mi Centro de Gestión y hemos decidido cambiar
el vehículo para no demorar la salida.
Así lo hemos hecho y diez minutos después ya estaba dispuesto para
salir. Esta vez con el 448013. He avisado a Circulación, y a las 7:30 hemos
salido de la Estació de França. 13 minutos de retraso qué son imputables a una
avería del vehículo, por tanto, responsabilidad de la Operadora.
Durante este espacio de
tiempo, ha salido delante de mí el Rodalíes con destino Sant Vicenç, y en la
Bif. Aragó, ha pasado también el Rodalíes destino Aeroport. A consecuencia de
esta circunstancia y a pesar de haber recuperado parte del retraso, he salido
de Barcelona Sants, con 14 minutos, uno más que de origen.
Evidentemente, los clientes
mostraban cierto enojo, pero no le he dado mucha importancia. Conozco la línea,
conozco el vehículo y sé que se puede recuperar, en condiciones normales, el
retraso que llevaba acumulado.
Al paso por El Prat de Llobregat,
el Rodalíes del Aeroport ha entrado por la vía 3, dejando libre la vía 1,
general, para el paso del mío. A la salida de El Prat le he adelantado. Ya
había recuperado 4 minutos.
El paso por las estaciones se
iba haciendo con normalidad. El retraso iba disminuyendo y según mis cálculos,
podía llegar a S. Vicenç a la hora.
El paso por Sitges se produce
con 4 minutos de demora. Ya habíamos recuperado 10.
Yo esperaba que en Vilanova,
dónde, tanto el Rodalíes como yo tenemos parada, podía adelantarle y ponerme
prácticamente a la hora. Pero no ha sido así. El Rodalíes ha salido delante y
me ha vuelto a retrasar. En este momento ya circulábamos con 15 minutos de
demora. Es decir, entre Sitges y Vilanova (6kms) había perdido 11 minutos.
Hasta S. Vicenç he circulado a
la distancia de seguridad del Rodalíes. Recordemos qué éste para en todas y yo
llevaba un tren directo.
Llegamos a S. Vicenç justo
detrás de él y salimos de allí con 19 minutos de demora. El retraso ya era
importante y la indignación de los clientes iba en aumento. Cómo la mía.
Ya no llevaba nada delante. De
Tarragona hemos salido con 15 minutos y hemos llegado a destino con 10.
Hasta aquí la cronología del
viaje. Pero, ¿se podía haber hecho más? Bien, ahora entro en el terreno de lo
qué es opinión, y cómo todas, pueden ser acertadas o no, aunque, creo que de
poco me puedo equivocar.
La circulación de los trenes
es responsabilidad exclusiva de Adif. Es, digamos, la dueña de las vías y es
quien gestiona y regula las distintas circulaciones de trenes. En el caso que
nos ocupa, si Adif hubiera apartado el Rodalíes en Garraf, Sitges e incluso en
Vilanova, el Catalunya Exprés hubiera llegado a la hora. Esto es un dato incuestionable a razón de la marcha y velocidad del S-448,
muy superior a la de las S-451.
Ciertamente, el responsable de
Adif tampoco está “pendiente” de mi
tren. Lo está de todo un número importante de circulaciones en un determinado
tramo del trayecto y esta circunstancia podría disculparle si no fuera porque
en esos momentos solo había una circulación con retraso y puede observar la marcha que ésta va
realizando. Tan solo observando que antes de Garraf ya íbamos a la distancia de
seguridad, podía haber tomado otra decisión y seguramente ambos trenes hubieran
llegado a sus destinos en el horario previsto.
No es aceptable perder 11
minutos en un trayecto de 6 kilómetros, como tampoco lo debería ser dar
prioridad a determinados servicios en perjuicio de otros.
Y es aquí donde todos, Circulación
y Operadoras, deberían coordinarse con más juicio, con más acierto. No es
admisible que, a la vista del cliente, tan solo haya un responsable, cuando en
ocasiones, en muchas, la responsabilidad es totalmente ajena a la Operadora.
No recuerdo haber leído ningún
artículo en ningún medio que se eximiera de culpa a Renfe, menos aún que
alguien levantara el dedo asumiendo su parte de responsabilidad y esto es lo
que me ha llevado a redactar este post.
No pretendo criticar la labor
de los reguladores de Adif, ni tan siquiera a la propia empresa. Seguramente no
me corresponde a mí hacer esto, pero sí que reclamo qué todas las partes asuman
su responsabilidad cuando les toque y qué no siempre se disparen los dardos en
un único sentido. El estar leyendo y escuchando día tras día lo mala qué es la
Renfe, el pésimo servicio que da, o los continuos retrasos en las líneas,
también mina la confianza de los propios trabajadores. Sobre todo los de
Conducción, quienes, la gran mayoría, y como he dicho otras veces, tan solo
queremos empezar y acabar nuestra jornada dentro de los horarios previstos y
sin ninguna incidencia a remarcar. Muchas veces, en los corrillos entre
Maquinistas se oye aquello de “para qué
voy a correr si luego me van a parar aquí o allá”, y esto no es bueno, ni
para el trabajador, ni para Renfe, ni por supuesto para los clientes.
Hoy he llegado tarde. Solo 10
minutos. La incidencia del vehículo es culpa de la Operadora, no me cabe duda,
pero, insisto, si Adif hubiera gestionado la regulación de otra manera, la
incidencia hubiera repercutido mínimamente en la circulación del tren. Tan solo
han sido 10 minutos, no me van a sacar en los periódicos, pero, si lo hicieran,
¿cuál sería el titular? “Renfe vuelve a los retraso”, “Otro tren de Renfe llega
tarde”, y así un largo etcétera. Pero, ¿la culpa ha sido exclusivamente de
Renfe? No.
Para acabar y como complemento
de lo anterior, en Reus, de regreso, hemos tenido un problema durante el
acoplamiento de los dos vehículos 448. Hemos salido con 15 minutos de demora,
por Tarragona hemos pasado con 14, por S. Vicenç con 13 y hemos llegado a Sants
5 minutos antes de la hora prevista. Este
es un ejemplo de buena coordinación y de buena gestión entre ambas empresas.
Pero, cómo se suele decir, hoy
ha sido una de cal y otra de arena.
Espero que estas “cosillas” se
vayan puliendo con el tiempo. Estoy convencido de ello, pero, mientras tanto,
tan solo nos queda pedir disculpas cuando toca y, como trabajador, pediros
confianza.
Lo que hacemos mal, queremos hacerlo bien, y lo que hacemos bien,
queremos hacerlo mejor.